Humala juramentó por la patria, la soberanía constitucional, las instituciones democráticas y los principios de la Constitución de 1979, la cual no está vigente desde 1993, año en que se instauró una nueva en el gobierno de Alberto Fujimori.
Los parlamentarios fujimoristas alzaron su voz de protesta ante el juramento por una Constitución distinta de la actual. También asumieron su cargo los vicepresidentes Marisol Espinoza y Omar Chehade.
También estuvieron entre otros el príncipe Felipe de España, el vicepresidente cubano José Ramón Machado y la primera dama de México, Margarita Zavala. Entre los invitados, estaban la esposa de Humala, Nadine Heredia, junto a sus tres hijos, ubicados en un palco especial.
Poco antes, el presidente saliente, Alan García, había entregado la banda presidencial al jefe de la casa militar en el Palacio de Gobierno y se marchó a casa sin participar en la investidura de su sucesor, Ollanta Humala. García salió al patio frontal del Palacio de Gobierno, rodeado por su gabinete ministerial y colaboradores, se quitó la banda y una medalla y se las entregó al jefe militar, Jaime Araújo, en medio de los aplausos de los presentes.
A continuación, García subió a una camioneta y abandonó la casa de gobierno, mientras una escolta entonaba una marcha militar. De esta forma, Alan García confirmó que no acudirá al Congreso de la República a presenciar la imposición de la banda presidencial a su sucesor, Ollanta Humala, tal como dictaba la tradición en esta ceremonia.
García ya había anunciado que sólo iría al Congreso si había un compromiso de los parlamentarios de no abuchearle como sucedió en 1990, al final de su primer quinquenio de gobierno. El saliente presidente temía algún agravio por parte de los congresistas opositores.
Antes de la entrega de la banda presidencial, García había protagonizado su última actividad oficial como jefe de Estado al asistir a la Misa Solemne y Te Deum, celebrada por el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani.
Durante su homilía, Cipriani llamó la atención sobre la "dictadura de un relativismo, llamado pensamiento único, que se va extendiendo en el mundo" y que ha llevado a "una profunda crisis económica y moral por la liberación social".
Ollanta Humala acudió a la cancillería para asistir a la sesión plenaria en el Congreso donde juró la presidencia. El nuevo presidente dará su primer discurso a la nación y anunciará su plan de trabajo para los primeros cien días de su Gobierno.